Capítulo 658: ¡Fuiste tú quien durmió conmigo!

Ella levantó su dedo y encendió una llama.

Luego la apagó rápidamente.

—Solo duerme directamente. No es demasiado tarde para refrescarse mañana por la mañana.

Se frotó la cabeza confusa.

Cada cueva estaba amueblada igual.

Sin esperar, caminó hábilmente hacia la cama.

Se quitó la ropa y se tumbó cansada en la cama.

El cansancio la abrumó, y pronto cayó en un sueño profundo.

Esa noche.

Su sueño fue inquieto.

Durante toda la noche, osciló entre el sueño y la realidad.

En el sueño, alguien a veces le acariciaba la espalda, a veces la abrazaba por la cintura, a veces sostenía su pecho.

Haciéndola girar y girar, intentando escapar.

Pero cada vez que cambiaba de posición, la persona la abrazaba de nuevo.

Fue atormentada por este vergonzoso sueño toda la noche.

Al despertarse, su cabeza seguía densa.

Sus ojos estaban inyectados en sangre.

—¿Qué me pasa?

—¿Por qué tuve un sueño así?