En la distancia. Un grupo de figuras imponentes, montando bestias espirituales, avanzaba hacia la Secta Gigante. Tenían construcciones poderosas y una presencia impresionante. Como un torrente que surge a través de la vasta nieve blanca, galopando con ímpetu desenfrenado. Un anciano, ligeramente inquieto, miraba hacia atrás repetidamente. Lanzaba ocasionales suspiros. Aún sentía que el Maestro de Secta podría haber causado problemas esta vez. Matando a Li Qingfeng. La Secta Nube Verde nunca dejaría pasar este asunto.
—Supremo Anciano Zhou, ¿puedes tener un poco más de confianza en ti mismo? —Kong Yuanba le lanzó una mirada de soslayo.