Capítulo 126 Montaña Nuevepliegues

—Shi Hao no le dio importancia y siguió caminando por su cuenta.

El palacio era muy espacioso, con baldosas de suelo negras y blancas alternadas claramente, como si se tratara de un tablero de ajedrez.

Y sobre él, claramente se erguían estatuas de piedra, caballos, carros y soldados.

—Eh, esto es verdaderamente una partida de ajedrez.

—Sin embargo, al lado negro le falta un peón.

Con un pensamiento, Shi Hao se dirigió a la posición donde faltaba el peón negro.

Inmediatamente, la pieza blanca se movió, avanzando el cañón, colocándolo frente al rey.

—Cañón dos plano cinco.

Shi Hao nunca había jugado ajedrez chino, pero en las memorias de Yuan Chengmie, había numerosos manuales de ajedrez y su rica experiencia en el juego.

—Yuan Chengmie era un genio todoterreno, competente en ajedrez, caligrafía y pintura. No había nada en lo que no sobresaliera —continuó Shi Hao pensativo.

—Pero, ¿cómo mover las piezas?

—Caballo ocho adelante siete", dijo él.