—¿Quién es ese tipo? —Su Manman giró la cabeza para mirar a Jia Xin y luego le preguntó a Shi Hao.
—Oh, solo un don nadie, no le prestes atención —respondió Shi Hao casualmente.
Su Manman asintió e indeed no le prestó más atención.
Los dos deambulaban sin rumbo, sin prisa en su viaje, deteniéndose durante varios días en lugares que encontraban agradables, lo que deleitaba inmensamente a Su Manman. Se reía a carcajadas todo el día.
Viéndola, Shi Hao imaginaba el encantador rostro oculto bajo su apariencia ordinaria y también se animaba.
Estar con Su Manman era relajante y siempre lo mantenía de buen humor.
Viendo esto, los labios de Su Manman se curvaron en una pequeña y satisfecha sonrisa burlona.
—¡Hehe, clavado! —pensó para sí.