Du Bei rugió con fuerza, lanzando repetidamente su lanza plateada, transformando una fuerza interminable en olas que se dirigían hacia Shi Hao.
Sin embargo, Shi Hao respondió solo con sus puños desnudos, sin quedarse atrás en absoluto.
En este punto, estaba bastante claro quién era más fuerte y quién más débil.
Sin embargo, la fuerza era una cosa; en una batalla de vida o muerte, había numerosas ocasiones en las que el más débil había matado al más fuerte.
Los cuatro combatientes formidables no mostraban intención de detenerse, y el propio Du Bei estaba conteniendo un aliento de voluntad, decidido a derrotar a Shi Hao a toda costa.
—¡Boom! —nueve armas divinas emergieron de su interior, todas lanzas plateadas, disparándose hacia Shi Hao.
Esta era su Apariencia Dharma, imaginada a partir del Artefacto Espiritual del ancestro de la familia, que era un arma divina de Nueve Estrellas de inmenso poder, y elaborarla era extremadamente agotador para él.