No es de extrañar que Shi Hao estuviera decepcionado, pues dentro del espacio del anillo, solo había unas pocas piedras rotas.
¿Piedras Espirituales?
Aunque Shi Hao había usado un gran lote, aún le quedaban bastantes, al menos muchas más que estas pocas piezas.
Extendió la mano y las esparció, arrojando las piedras rotas al suelo.
—Solo unas pocas piedras sin valor —sacudió la cabeza—. No es de extrañar que la persona que lo encarceló no se molestara en llevárselas.
Piedras Espirituales, ¿acaso los Inmortales se preocuparían por ellas?
—Chico, tu vista es terrible —la Rata Púrpura y Dorada sacudió la cabeza—. Estas no son Piedras Espirituales, ¡son Piedras Inmortales!
—¿Piedras Inmortales? —Shi Hao estaba sorprendido. Miró estas piedras, sin atractivo alguno, extremadamente toscas. Habría pensado que eran Piedras Espirituales, solo porque estaban guardadas dentro de una Herramienta Espiritual Espacial de un Inmortal.