—¡Mierda!
Todos se agarraron la cabeza, sus rostros llenos de horror.
Ese era Xiao Jiu, cuyo poder de combate estaba en el top veinte dentro de todo el Templo Divino Complementario, pero aún así no era rival para Shi Hao.
¿Qué clase de monstruo era este?
Xiong Bin silenciosamente dejó su cuchillo, y Shi Tangyin también soltó el mango de su pistola.
Maldición, este tipo era demasiado anormal, simplemente no podían competir con él.
—Señor, ¿quién es usted exactamente? —Shi Tangyin no pudo evitar preguntar.
Un ser invencible del Templo Divino Complementario, y con una ventaja abrumadora. ¿Quién era realmente este genio?
Shi Hao extendió su mano para quitarse la máscara, revelando su verdadero rostro para que todos lo vieran.
—¡Shi, Shi Hao!
—¡Cómo es esto posible!
—¡En realidad no está muerto!
—¡Oh Dios mío!
Todos exclamaron con sorpresa.
¿Quién no conocía a Shi Hao?