Agosto era una temporada poética. Una noche de niebla y lluvia fuerte limpió el aire sofocante.
La mañana del 12, Ye Chen subió al coche de Lin Tai llevando a su hija mientras sus padres los despedían. Vio a su madre, Wu Lan, cubriendo su boca a través de la ventana. Parecía que iba a llorar. Mientras tanto, su padre no dijo nada. Solo estaba fumando, dejando que las cenizas se acumularan en el cigarrillo.
La pareja sabía lo que sucedería después de que Ye Chen y su querida nieta se fueran.
Su hija, Mengmeng, se enterró en el abrazo de Ye Chen.
La pequeña parecía renuente cuando miró a sus abuelos. Dijo con los ojos rojos, "Papá, ¿por qué el Abuelo y la Abuela no pueden visitar a Mamá con nosotros? A Mamá le alegrará verlos."
—Papá, ¿por qué el Abuelo y la Abuela no pueden visitar a Mamá con nosotros? A Mamá le alegrará verlos. —dijo con los ojos rojos.