Cuando llegaron a casa, Ye Chen vio a Su Youwei peinando el cabello de Mengmeng.
La niña llevaba un vestido con flores azules y blancas. Tenía un moño en la cabeza con trenzas. Dado que llevaba un vestido de flores, parecía una loli adorable.
La niña corrió hacia ellos en cuanto vio a Ye Chen y a Su Yuhan. Los miraba mientras sostenía los lados de su vestido con anticipación.
—Papá, Mamá, ¿me veo bonita con este vestido?
—¡Hermosa! ¡Mi Mengmeng es bonita sin importar lo que lleve puesto! —Ye Chen asintió mientras sus ojos se llenaban de amor. Luego guardó las compras que habían hecho en la cocina.
—Mengmeng, ¿te lavaste los dientes y la cara? —Su Yuhan se acercó y la levantó, dándole un beso en la mejilla.
La niña sonrió dulcemente por el cumplido. Parecía estar en el séptimo cielo.
—Ya lo hice. Soy una niña limpia. Mamá, si no me crees, mira qué blancos están mis dientes —dijo y abrió la boca para mostrar sus dientes limpios y blancos.