Invierno se acercaba.
Era invierno en la alta altitud de Ciudad Lin. Cuando caía la noche, la temperatura se desplomaba. Sumado al viento otoñal caprichoso, era como si cuchillas estuvieran cortando el rostro de uno.
Debido a eso, muchos trabajadores querían apresurarse a casa después del trabajo, pero en una calle cerca de las afueras de Ciudad Lin, había una mujer con un vestido verde corriendo por la calle.
Cada vez que la mujer daba un paso, usaba la fuerza para saltar más de diez metros, como si tuviera una catapulta debajo de sus pies.
Innumerables transeúntes se detenían y miraban la escena con la boca abierta. Las acciones de la mujer habían rebasado claramente su comprensión.
—¿Estamos en una película? —preguntó alguien.
—No parece. No veo ningún equipo ni cables colgantes —comentó otro.
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