—Hermano, l-la cuñada ha desaparecido —dijo Ye Wen.
—¿Yuhan ha desaparecido? No te preocupes. ¡Tómate tu tiempo para contarme qué pasó! —La expresión de Ye Chen cambió y preguntó de inmediato.
—Pues, cuñada y yo salimos a rezar ayer por la mañana —Ye Wen sollozó, le contó lo sucedido intermitentemente.
Resultó que ayer fue domingo. Su Yuhan llevó a Ye Wen al templo cercano a rezar ya que no tenía nada que hacer en la empresa. Al final, Su Yuhan sugirió ir a Yaoshan, a miles de kilómetros de distancia, porque había escuchado que había un templo llamado Templo Puhang que era bastante eficaz.
Cuando ambas llegaron al Templo Puhang en Yaoshan, recibieron una recepción muy grandiosa. Como ya era tarde, no era conveniente que viajaran. Pasaron la noche en una casa de huéspedes cerca del templo.