En Tiannan, China, había una figura anciana huyendo frenéticamente en el bosque cerca de un pantano en ese momento. A medida que la figura avanzaba, innumerables hojas se levantaban del suelo, y un rastro de sangre se dispersaba a lo largo del camino.
¡Plaf!
Al final, el hombre pisó el pantano, y su cuerpo se hundió como una mano invisible que lo arrastraba hacia abajo.
¡Blergh!
El anciano escupió un bocado de sangre mientras veía su cuerpo hundirse más y más. No pudo evitar mostrar una expresión de desesperación.
—¡Maestro, este viejo sirviente es inútil! ¡Este viejo sirviente es inútil!
Si Ye Chen estuviera allí, se habría dado cuenta de que el hombre era Yin Shi, el Maestro de Magia Negra Tailandés que había subyugado en Hong Kong.
En ese momento, el cuerpo de Yin Shi estaba cubierto de sangre. Uno de sus ojos estaba cubierto de sangre y carne, como si hubiera sido atravesado por una flecha.