Despertar del Suelo de Herencia

Mientras Amelia miraba inquieta al suelo, Kent la levantó de la solución medicinal y la colocó en la gran bañera circular. El aroma oloroso de sus fluidos femeninos llenaba esa habitación. Pero Kent actuó como si nada hubiera pasado y entró en la bañera mientras la llevaba.

Sin ningún control, Amelia se recostó cómodamente dentro de la bañera con la ayuda de Kent. Cuando Amelia cerró los ojos, los dedos de Kent recorrieron su cuerpo desnudo, limpiando todos los escombros y el mal olor. Sin saberlo, se formó un vínculo cercano entre ellos. Amelia, que ya había dejado de lado su timidez, continuó mirando a Kent con afecto.

Después de dos horas de intensa limpieza y masajes en su suave piel, Kent la colocó sobre el barril vacío y salió a llamar a Linda.