Transformación del Espíritu Interior del Cuerpo Dorado

Tang Zi asintió con la cabeza en señal de acuerdo. —Correcto, volverán cada noche y el número aumenta con más bestias que mates durante el día. Por eso te dije que evitaras las matanzas innecesarias. Estas bestias están atadas a la magia oscura de la montaña. Cada noche resucitan, y su hambre de venganza crece —respondió Tang Zi.

Las bestias alrededor se acercaron más, con los ojos fijos en Kent. Él podía sentir la animosidad que irradiaban, una fuerza palpable que le hacía erizar la piel. Pero Tang Zi permanecía imperturbable, su comportamiento tranquilo en marcado contraste con la situación ominosa.

Kent se armó de valor, recurriendo al poder de su entrenamiento. —¿Qué debo hacer ahora, Maestro?

Los ojos de Tang Zi brillaron con aprobación. —Debes aprender a aprovechar la energía de la montaña, usar su poder oscuro a tu favor.