La zona alrededor del templo del dios de la guerra donde el ritual va a ocurrir es llamada tierra bendecida. Aquí es donde la pelea entre cien mil discípulos va a suceder. Aproximadamente, esta tierra bendecida se extiende por 10 millas.
Los tambores de guerra, ubicados en la periferia de la tierra bendecida, comenzaron a batir un ritmo que resonaba a través de la tierra, haciendo que el mismo aire temblara con expectación. Cada golpe resonante parecía eco del latido del corazón de los millones reunidos, sus ojos fijos en la tierra bendecida.
En la entrada de la tierra bendecida, el Supremo Magus de la Varita se erguía alto e imponente, su túnica adornada con las insignias relucientes de la asociación de magos. Sus aliados, otros supremos, lo flanqueaban, sus ojos entrecerrados con resolución de acero.
—Ahhrrrr…, —el sonido de las bestias divinas señaló la llegada de Simón, el hijo del jefe de la Asociación de los Nueve Reinos.