—La Perla Radiante del Sol de la Montaña Central… ¿De dónde la conseguiste? —susurró Ragnar, su voz temblorosa.
—Por supuesto, Abuela también la guardó para mí —dijo Kent con una sonrisa traviesa.
La mente de Ragnar temblaba. La Perla Radiante del Sol era un tesoro de poder inimaginable, una clave para desbloquear todo el potencial de las Cinco Montañas.
—No puedo creer que la vieja haya llegado a estos extremos por ti —murmuró Ragnar, aún en shock—. En todos estos años, todos nos preguntábamos dónde había desaparecido… ¡Qué fortuna tienes…!
—Quiero usar esta perla para aprender las Flechas del Eclipse Sol-Luna de las Cinco Montañas. ¿Puedes ayudarme? —preguntó Kent en tono firme.
La expresión de Ragnar se oscureció. Dio un paso atrás, su mente acelerándose con las implicaciones de un movimiento tan audaz.