—Adelante —ordenó.
Dos sirvientes entraron apresuradamente, inclinándose profundamente ante ella. Uno de ellos, una joven mujer con los ojos bajos, se atrevió a dar un paso adelante primero.
—Princesa Soya, hemos reunido noticias sobre el ejército de la familia Frost… acerca de sus 20,000 Magos Supremos —dijo tímidamente.
—Habla rápido. Hoy tengo poca paciencia para relatos largos.
La joven tragó saliva, sus manos temblaban nerviosamente. —Nuestros espías informaron… que… el Señor Kent, él… él envió a todo el ejército de vacaciones. Los 20,000 Magos Supremos han regresado a sus hogares.
Los ojos de Soya se abrieron de par en par, su mano cayó a su costado mientras miraba a la sirvienta con absoluto asombro. —¿Qué acabas de decir? ¿Enviados a casa? ¿Kent mandó a todos a casa? ¿Kent está loco? —Miró a la sirvienta, casi como si esperara que retirara la declaración.