Séptimo reino… castillo del Emperador…
El cálido resplandor de las linternas proyectaba largas sombras parpadeantes a través de las paredes de mármol de la cámara del Emperador. Una suave brisa se filtraba por las puertas abiertas del balcón, llevando el aroma de las flores nocturnas en flor desde los jardines reales abajo.
El Emperador Ryon Corazón de León se sentaba en su silla favorita, meciéndose perezosamente de un lado a otro con una copa de vino tinto oscuro girando en su mano. Su mirada se posaba en el orbe de cristal mágico que brillaba tenuemente sobre la mesa frente a él.
La Reina Soya, vestida con un vestido de seda esmeralda, se sentaba junto a él con un gran jarro ornamentado de vino. Cada vez que su copa se vaciaba, ella la rellenaba en silencio, sus delicados dedos rozando sus nudillos con facilidad practicada. Sus labios se curvaron en una leve sonrisa mientras observaba al Emperador relajándose, aunque sus ojos traicionaban una curiosidad silenciosa.