Prepara el Ejército

7mo Reino… Palacio Real…

La tenue luz de la séptima luna se filtraba a través de las grandes ventanas de las cámaras reales. Las lujosas cortinas de seda colgaban inertes alrededor de la cama de la Reina Soya.

La grandeza del castillo del Emperador parecía desvanecerse en esta habitación, como si el peso del sufrimiento de su ocupante hubiera drenado todos los colores de sus paredes de piedra.

Soya yacía inmóvil, su esbelta figura apenas se movía debajo de la pesada manta dorada que la cubría. Sus ojos, antes radiantes, conocidos por atravesar incluso al más imperturbable de los guerreros, ahora miraban fijamente los patrones bordados de su almohada. Sus labios, antes curvados en una sonrisa suave pero autoritaria, estaban pálidos y quietos.

Desde el momento en que había aprendido la verdad —que Kent era el hijo de la Señora Clark— una oscura nube de arrepentimiento había envuelto su corazón, sofocándola con su agarre implacable.