¡¿Doblador de Vida?!

Salón Eterno de la Música…

El Salón Eterno de la Música flotaba serenamente sobre los cielos interminables del Mundo Espiritual. Dentro, un silencio inquietante colgaba sobre los amplios pasillos.

El dragón bebé Sparky, que usualmente correteaba juguetonamente, ahora estaba de pie con sus pequeñas alas desplegadas y sus ojos agudos fijos en la figura que se acercaba: un hombre musculoso y de aspecto feroz cubierto con el emblema del palacio del Dios de la Guerra.

El Dios de la Puerta Bhagira había llegado para convocar a Kent para una reunión. Pero el dragón bebé se encontraba directamente frente a él en la entrada del arco.

—Hazte a un lado, pequeño lagarto —gruñó Bhagira, su tono rebosante de autoridad. Se alzaba sobre Sparky, sus gruesos brazos cruzados mientras su aura brillaba, revelando su profunda base de cultivo—. Estoy aquí para convocar a tu maestro. No me hagas repetirlo.