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Zhou Heng soltó un largo aullido y, al lanzar la Espada Negra, pisó el Paso Radiante de Nube Rápida, corriendo al frente para encontrarse con esos bandidos.
Incluso en este momento, Tao Han y los demás sentían sus bocas retorcerse —este chico, ¡es demasiado feroz! No, no feroz, sino estúpidamente tonto. ¡Solo había cinco artistas marciales del Reino de Acumulación Espiritual de su lado, mientras que el otro lado tenía más de una docena, y había incluso un Segundo Estrato del Cielo de Acumulación de Espíritu entre ellos; era una situación en la que estaban destinados a perder!
Lo único que podían hacer era huir; mientras escaparan del bosque, los bandidos naturalmente se retirarían.
¡Pero este tipo en realidad se lanzó hacia adelante!
¿Cuántos cientos de kilogramos de afrodisíacos podrían hacer que uno fuera tan impulsivo? Está bien si quieres morir, ¡pero no arrastres a otros contigo!
¿Por qué Zhou Heng huiría?