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—¿Qué demonios es este lugar? —An Yumei observaba fijamente a Zhou Heng, su rostro incapaz de ocultar su asombro.
Aunque había notado la extrañeza del entorno circundante antes, no lo había tomado en serio, pero estar aquí era diferente. El enemigo que apareció de la nada resultó ser un derivado de una formación, superando completamente los límites de su imaginación.
—Te lo diré más tarde, primero, ¡veamos qué cosas buenas conseguiste! —Zhou Heng señaló el frasco de píldoras en el suelo.
An Yumei se apresuró a recoger el frasco de píldoras, su bonito rostro mostrando primero sorpresa y luego una fuerte alegría.
—¡Píldora del Cielo Dividido! ¡Es realmente una Píldora del Cielo Dividido!
—¿Qué es una Píldora del Cielo Dividido? —preguntó Zhou Heng casualmente. Sabía que cada tesoro venía con un trozo de información diciéndole al buscador su uso.