Tan pronto como llegaron a la plaza, las figuras metálicas inmediatamente entraron en acción, cada una moviéndose como si hubieran cobrado vida, lanzando puñetazos y cortando con sus manos, con el viento de sus movimientos aullando a su alrededor, haciendo que el lugar pareciera un campo de artes marciales lleno de miles de personas.
Tal como los cuatro habían dicho, la gravedad aquí era increíblemente fuerte, limitando enormemente sus técnicas de movimiento, obligándolos a enfrentarse directamente con estas figuras metálicas y haciéndolo imposible saltar sobre ellas desde arriba.