—Papá, Mamá, ¿qué está pasando? —Las delicadas cejas de Lu Chenfu se fruncieron, teñidas con un rastro de indignación.
El negocio familiar de la Familia Lu fue construido desde cero por sus propias manos, y recordaba vívidamente aquellos primeros días de dificultades, la amargura de suplicar a otros que abrieran canales para la adquisición y distribución. ¿Cómo no iba a estar furiosa ahora que alguien estaba presionando a sus padres para transferir la propiedad a la fuerza?
—Hmph, tu padre es uno de los nuestros de la Familia Lu, y como miembro del clan, todo lo que tiene pertenece a la familia —El hombre de mediana edad observó a Lu Chenfu con una mirada lujuriosa—. Mi nombre es Lu Kunming, y estoy a cargo de los asuntos del clan. ¡Tengo la autoridad para tratar con todas las propiedades de las familias secundarias!