—Cada miembro de la Familia Ying se sentía impotente, enfrentando a un asesino del Reino del Alma Naciente sin ninguna capacidad de resistir, eran como corderos esperando el matadero —murmuró uno de ellos.
El rostro de Ying Tianyin se tornó ceniciento, fijó su mirada en Zhou Heng, cuyos ojos desbordaban intención asesina y dijo con voz profunda
—Señor, por favor deténgase. ¡La Familia Ying está dispuesta a entregar la mitad de nuestra riqueza a cambio de la paz!
—Old Ancestor —todos los miembros de la Familia Ying gritaron con ira y tristeza—. Si no fuera por la familia, ¿por qué el Old Ancestor tendría que inclinar su cabeza y ofrecer la mitad de la riqueza de la Familia Ying? ¡Una pérdida tan tremenda no era solo un golpe financiero sino también una completa pérdida de dignidad!
Todos albergaban resentimientos en sus corazones, jurando secretamente que una vez que su genio Ying Cheng'en entrara en el Reino del Alma Naciente, ¡seguramente tomaría la cabeza de Zhou Heng!