—¿Reír? ¿Aún te ríes? —La Santa Sombra Lunar estaba a punto de enloquecer de ira. Su poder espiritual estaba suprimido, y aunque poseía las defensas físicas del Reino del Alma Naciente, su fuerza era enormemente inferior. ¿Cómo podría posiblemente igualarse a un despreciable donkey del Tercer Cielo del Reino del Alma Naciente?
Después de ser secuestrada por ese maldito donkey, fue forzada a servir té y agua como una criada, y tuvo que soportar el graznido del donkey todo el día, ¡lo que casi la vuelve loca!
Por eso aprovechó la oportunidad para escapar y vino a Zhou Heng a exigir respuestas, lo cual era falso, pero su verdadero deseo era buscar ayuda, para librarse de los efectos de esa maldita droga y recuperar su poder espiritual.
De lo contrario, ¿por qué iba a tragarse su orgullo y buscar a Zhou Heng?