569

Bajo la intensa mirada de Zhou Heng, los cinco individuos se estremecieron involuntariamente, sus cuerpos al instante empapados en sudor frío. No desconocían la fuerza de Zhou Heng, pero bajo la coerción y tentaciones de las familias Yu, Sun y Fu, se vieron obligados a dar falso testimonio. Sin embargo, ahora que sentían la intención asesina y helada de Zhou Heng, no pudieron evitar sentir un inmenso miedo surgiendo desde lo profundo de sus corazones.

—Villano, este es el Salón del Poder Celestial. ¿Qué crees que estás haciendo? —uno de ellos reunió el coraje para gritarle a Zhou Heng.

—Hmm, amenazando a un testigo, ¡qué gran valentía tienes! —dijo Yu Tian fríamente, mientras lanzaba un golpe de palma hacia Zhou Heng.

¡Boom! Una sombra cruzó el cielo, una mano gigante repelió a Yu Tian, y una voz envejecida resonó:

—Yu Tian, intimidando a un joven, ¿no tienes vergüenza?

—¡Situ Kang! —El rostro de Yu Tian cambió, y casi rechinó los dientes mientras escupía cada palabra.