—¡Su Chen, corre! ¡No te preocupes más por mí, se ha vuelto loco y no nos perdonará a ninguno!
Lin Ruoxue gritó a Su Chen desde abajo.
Cuánto deseaba vivir, cuánto miedo tenía de quedar desfigurada, pero sabía que si Su Chen seguía preocupándose por ella, ¡ambos terminarían muriendo aquí!
¡Era mejor que al menos uno escapara, que morir juntos!
En ese momento, la fuerte resistencia mental y la naturaleza decisiva de Lin Ruoxue, desarrolladas en el mundo empresarial, se desplegaron completamente.
¡Si fuera una persona normal, especialmente una mujer, sería difícil mantener la calma como lo hacía ella!
Si Su Chen fuera una persona común o no tan fuerte, ¡las palabras de Lin Ruoxue serían sin duda las más razonables!
Y si Su Chen escapara, ¡Lin Chao podría dudar realmente y no matarla!
Pero si Su Chen no escapaba y seguía preocupándose por ella, dejando que el enemigo los guiara como quería, ¡la situación solo empeoraría!