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Al oír la queja juguetona de Lin Ruoxue, Su Chen simplemente sonrió levemente y no dijo nada, un rastro de cansancio visible en sus ojos.

Lin Ruoxue también sintió que algo era extraño, percibiendo que Su Chen no era el mismo esta noche.

—Esposo, ¿por qué siento que pareces un poco cansado? —preguntó Lin Ruoxue con preocupación.

—No es nada, estaré bien después de dormir —dijo Su Chen casualmente.

Para él, solo era cuestión de relajar la tensión que había estado acumulada durante tanto tiempo, lo que lo hacía parecer así.

...

¡Esa noche, las luces en las residencias de las grandes familias brillaban intensamente!

Cuando esos viejos veteranos vieron a Su Chen vencer a esos viejos monstruos, supieron que habían perdido el juego.

Y cuando se enteraron de que los Dantians de esos viejos monstruos habían sido destruidos, quedaron completamente desanimados.

Sabían que era hora de tomar una decisión.

¿Pero tenían alguna opción?

¡No!