Long Chen había sabido desde el principio quién era su padre y también tenía un conocimiento considerable de Long Qingtian.
Sin embargo, nunca había buscado a Long Qingtian.
Entre padre e hijo, parecía que habían formado cierto entendimiento tácito, sin buscar al otro.
Aun así, no buscarlo no significaba que no le preocupara.
—Hijo mío, finalmente has crecido, capaz de mantenerte por ti mismo, y tu padre está muy aliviado. —Long Qingtian palmeó el hombro de Long Chen, lágrimas en sus ojos de tigre.
Long Chen dio un paso atrás, su expresión compleja, sin hablar, inseguro de qué decir.
—Primero, arregla tus asuntos, te esperaré afuera. —Long Qingtian salió.
Long Chen respiró hondo, se dio vuelta y miró a Chu Ling.
—No... no me mates, Long Chen. Me equivoqué antes. Hablemos de esto. —Chu Ling dijo apresuradamente.
Sabiendo que Long Chen era hijo de Long Qingtian, la actitud de Chu Ling hacia Long Chen había cambiado completamente, mostrando miedo genuino.