Perseguido hasta la Muerte

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Hu Niu saltó y se apoyó en la espalda de Ling Han. Su pequeña cara estaba llena de emoción—hacía mucho tiempo que no peleaba, lo que la hacía sentir incómoda.

—Joven Maestro Fu, ¡por favor! ¡Por favor! —Al ver que el joven de ropas bordadas estaba a punto de irse, los agricultores lo perseguían gateando de rodillas uno tras otro; algunos bloqueaban su camino, y dos le abrazaron las piernas.

El joven de ropas bordadas instantáneamente mostró una expresión de extremo desdén, sacudiendo sus piernas y mandando a volar a los dos que abrazaban sus piernas. Con una cara llena de resentimiento, dijo —Cosas despreciables, ¿se atreven a tocar a este joven maestro con manos sucias? ¡Péguenles!

Los dos sirvientes inmediatamente empezaron a moverse, remangándose las mangas. Estaban a punto de atrapar a los dos que fueron mandados a volar.