Helian Xun Xue finalmente lo soltó, pero se escondió detrás de Ling Han, agarrando con fuerza la esquina de su camisa. Ling Han podía sentir claramente cómo temblaba.
¿Una mujer tan dominante y autoritaria tenía realmente un lado tan delicado?
¿Podría la amnesia causar que el carácter de alguien experimentara un cambio tan tremendo? ¿O causaría que alguien mostrara un lado que usualmente mantenía oculto en lo más profundo?
Ling Han no lo sabía, ni le importaba. El problema más grande para él ahora era: ¿cómo se suponía que iba a librarse de esta gran carga? Esto era prácticamente una bomba de tiempo. Cuando realmente lograra recuperar la memoria, esta bomba explotaría. Solo pensarlo ya le quitaba el sueño.
—Hai Niu[1], veamos qué tan rápido puedes correr —dijo Ling Han.
Ya había llevado a Helian Xun Xue lejos de la mina para evitar que tuviera otra turbulencia emocional y lo estrangulara hasta convertirlo en un cadáver.