Un Títere Aparece

¡Pum! ¡Pum!

Aunque el Rey del Sable Pequeño desvió la flecha, fue golpeado por el pequeño puño de Hu Niu, y aun con su impresionante poder, todavía tropezó por el impacto y escupió un bocado de sangre. Todo su cuerpo incluso comenzó a temblar; ¿cómo se podría menospreciar el poder del trueno?

—¡Maldita sea! —la mirada en sus ojos era feroz. Este Poder Místico se suponía que era suyo, y cuanto más fuerte era la destreza de combate de Hu Niu ahora, más celoso se volvía, deseando cortar de inmediato el cerebro de Hu Niu para extraer el Trueno del Noveno Cielo.

—¡Muy bien, ustedes me han enfurecido con éxito! —el Rey del Sable Pequeño agarró su sable. Weng, el Sable Qi por todo su cuerpo desbordó, con una luz de color negro entrelazada. La presencia de la desesperación se entrelazó en el cielo y la tierra, haciendo que uno tuviera el impulso de suicidarse.