—¡Qué poderosa fuerza interior! —Al mirar el suelo agrietado, los tres jóvenes artistas marciales de la Familia Chen estaban algo asombrados. Este suelo no estaba compuesto de cemento, sino que era un camino pavimentado con duras piedras azules; los artistas marciales ordinarios no podrían romperlo con un solo pisotón, y mucho menos la gente común.
Con sólo este movimiento, podían confirmar que el joven ante ellos no era una persona ordinaria.
—¡Atacad! —Realmente no se atreverían a golpear a personas comunes.
Aunque el estado les otorgaba una gran libertad y poder, había una regla: generalmente, los artistas marciales antiguos estaban absolutamente prohibidos de hacer daño a las personas comunes. Sin embargo, si el oponente también era un artista marcial antiguo, entonces muchas de esas preocupaciones se disipaban.