—Un jabalí salvaje casi tan grande como un elefante estaba tendido en el barrizal.
Cerró sus ojos, medio arrodillado y medio acostado, con un par de colmillos limpios de tierra, brillando como hojas afiladas.
El crepúsculo se reflejaba en su oscuro pelaje negro, su enorme estómago era blanco y con cada respiración, se movía hacia arriba y hacia abajo creando un sonido de resoplido.
—¡Rey jabalí!
Fang Yuan estaba a varios cientos de metros de distancia de él, pero aún así avanzaba cuidadosamente con la dirección del viento.
—Aunque ahora puedo matar jabalíes salvajes, contra este rey jabalí, solo puedo huir. Incluso un Maestro Gu promedio de Rango dos no podría matarlo. Si no tiene claro los Gusanos Gu en su cuerpo, incluso podría caer presa de ellos —pensó Fang Yuan.
Los reyes de las bestias normalmente tienen Gusanos Gu habitando en sus cuerpos.