El tiempo pasaba rápidamente.
Medio mes después, Bai Ning Bing había adelgazado, pero su cuerpo irradiaba un fuerte aura de élite.
Su concentración era mejor, y sus ojos azules brillaban con esplendor mientras observaba a su alrededor.
Indudablemente, se había adaptado a esta vida primitiva y aprendido mucho de esta experiencia.
Fang Yuan sabía: Aunque Bai Ning Bing se mostrara solemne, eso no significaba que admitiera la derrota.
Su corazón estaba motivado para aprender seriamente y esforzarse por adaptarse. A veces, refutaba algunas ideas de Fang Yuan, y aunque seguían siendo bastante superficiales, había superado su ingenuidad inicial.
Fang Yuan podía sentir que Bai Ning Bing mejoraba día tras día.
Pero esta situación no era inesperada. Para someter a Bai Ning Bing, no era fácil; todo verdadero demonio tendría espíritus para resistir grandemente.
Bajo el sol abrasador, los dos se ocultaban en el bosque sombreado mientras observaban cuidadosamente el valle de la montaña.