En realidad, yo también fui víctima

La expresión de Bai Feng era sombría y su mirada seguía parpadeando. Pensaba en negarlo, pero Fang Yuan vio a través de su plan.

—No intentes ocultarlo, no sirve. A medida que el manantial espiritual continúa secándose, las piedras primigenias producidas también disminuirán drásticamente. El clan Bai lo ha estado ocultando bien, has usado tus reservas sobrantes en el almacén o negociado para llenar este hueco. Pero esto definitivamente dejará rastros, siempre que alguien lo investigue con cuidado, lo descubrirán —Fang Yuan estaba calmado y cómodo.

Bai Feng apretó fuertemente los puños, mirando a Fang Yuan como si quisiera tragárselo vivo.

Al ver la apariencia de este anciano, incluso una persona estúpida se daría cuenta de la verdad.

—¿Nuestro manantial espiritual se está secando? —Bai Lian estaba aturdida, apoyándose lánguidamente en su silla.

Bai Zhan Lie se mordió los labios, quedándose en silencio.