No hay nada que no se pueda vender
Después de varios meses, Fang Yuan finalmente regresó a la tierra bendita del Inmortal Hu.
El pequeño espíritu de la tierra Inmortal Hu se emocionó mucho con su regreso; el flujo de tiempo dentro de la tierra inmortal era cinco veces más rápido en comparación con el mundo exterior. Mientras que Fang Yuan solo había pasado unos meses en las llanuras del norte, para ella, ya había pasado un año.
Fang Yuan miró la puerta estelar detrás de él.
Esta puerta estelar, en comparación con la de las llanuras del norte, era mucho más pequeña. Tenía aproximadamente la altura de una persona y apenas permitía que Fang Yuan pasara a través de ella.
La que estaba en el lago Creciente en las llanuras del norte era mucho más alta y varias veces más ancha.