El grupo de lobos era como un tsunami dejando un rastro de sangre dondequiera que iba en la tierra bendita.
Fang Yuan estaba sentado indiferentemente en la espalda de un rey lobo azur, ignorando por completo la masacre que sucedía frente a él.
En su mente, la voluntad de Mo Yao frunció ligeramente el ceño.
Ella era un hada criada en la Casa de Afinidad Espiritual, una persona del camino recto; naturalmente, no estaba contenta con la masacre casual de Fang Yuan.