Los cinco dedos de Tian Shuang se condensaron en hielo misterioso, formando un conjunto de garras escarchadas.
Voló directamente hacia Zhang Hei.
Zhang Hei sintió un desenfoque ante sus ojos, un viento feroz dirigiéndose hacia él. Al fijar su mirada, vio que Tian Shuang, como si se teletransportara, ya había llegado a él.
Las garras cortaron en diagonal, y la Lanza Serpiente Negra de Zhang Hei, levantada instintivamente, fue cortada por la mitad.
Zhang Hei no tuvo tiempo de reaccionar, y aparecieron tres marcas de garras en su pecho.
Un momento antes, la sangre se rociaba salvajemente. Al momento siguiente, la escarcha se acumuló en las heridas, deteniendo el sangrado mientras invadía sus órganos internos y extremidades.
Zhang Hei sintió como si hubiera pasado del pleno verano al invierno, su cuerpo entero congelado, haciendo cada movimiento lento y pesado, extremadamente difícil.
Tian Shuang volvió a balancear sus garras.