ZINA
—Tenías razón al enviar un ejército. Los hombres que la protegían no eran precisamente fáciles de tratar.
—¿Cómo son nuestras pérdidas?
—Trescientos muertos, cien o más heridos.
—¿Y solamente lucharon contra veinte hombres lobo?
—Sorprendente, ¿no es así?
—Más le vale que valga la pena esto.
—¿Qué supones que sea su valor para Daemon NorthSteed? Hasta donde sé, ella estuvo detrás de su destierro. Dime, ¿y si esa nota fue una estratagema... o algo así?
—¿Importa? La mujer aclamada como la gran vidente por todos está en la palma de mi mano... eso es todo lo que importa.
—Por alguna razón, no me siento exactamente cómodo con que la tengamos aquí. Tanto si es una CaballeroLobo como si es una NorthSteed, al fin y al cabo es la mujer que predijo la gran hambruna. Muchas manadas, e incluso nuestros pícaros, le están agradecidos.
—¿Quieres decir que debería temer a una simple mujer? Daemon NorthSteed me ha desafiado, y le devolveré esta vergüenza.