—Llegaron al Palacio Ártico poco después sin que Zina respondiera a la confesión de Halcón porque, honestamente, ¿qué se supone que debía decir?
—Las confesiones de Halcón pasaron a ser el menor de sus problemas cuando entraron en el Gran Salón que estaba lleno de gente y parecía haber sido congelado por un silencio causado por la presencia de ninguno otro que el Príncipe Daemon NorthSteed.
—Era como caminar sobre hielo delgado mientras Zina hacía su mejor esfuerzo por mantener su aura de Theta al dirigirse al centro del salón abovedado donde se encontraban los oficiales de Primer y Segundo Rango.
—La mirada marchita de Daemon descansaba sobre ella y Halcón, quien ordinariamente habría sido un Oficial de Segundo Rango ya que era el Alfa de la pequeña Manada de Piedra, pero era un Oficial de Primer Rango en virtud de su posición como hermano legítimo del Rey Alfa.