Para convertirse en algo más que un instrumento para calentar la cama de un hombre, entonces debes alcanzar la posición de una Mano Roja. Y para volverte una Mano Roja, podrías tener que vender tu maldita alma.
HACE DIEZ AÑOS
LUNA
Estaba lloviendo ferozmente cuando Fionna la Aficionada fue convocada por la Madre Escarlata que servía como Jefa de las Hermanas Rojas.
La mujer huesuda estaba sentada en su silla que casi parecía un trono, examinando sus dedos a la luz con un mohín en los labios. Echó un vistazo a la joven frente a ella, que apenas era una mujer con solo catorce años. Y sin embargo, de alguna manera, Fionna la Aficionada había logrado adquirir una belleza y madurez que rivalizaba con su edad.
No siempre se encontraba con el tipo de joya que estaba sentada frente a ella. Y para la Madre Escarlata, en el caso de la joven, había sido el caso de la piedra rechazada convirtiéndose en la piedra angular.