ZINA
Zina finalmente logró que Yuri se durmiera en sus aposentos. Mientras acariciaba la espalda de la joven suavemente, escuchaba su respiración tranquila cuando el rostro severo de Serafín, privado de toda jovialidad, llenó su visión.
—Primero fueron buenas noticias, ahora supongo que son malas noticias.
Serafín negó con la cabeza. —No exactamente malas noticias —dijo.
—¿Qué es? —preguntó Zina casi inmediatamente con voz baja, cuidando de no despertar a Yuri—. Dilo de una vez.
Serafín observó a Yuri durmiendo incómodamente en su regazo antes de hablar. —Su majestad ha programado la sentencia y ejecución de los BloodMoon para hoy.
—¿Por qué hoy? —preguntó Zina, aunque, siendo honesta, le importaba poco cuándo se llevaría a cabo la ejecución. Le preocupaba más cómo reaccionaría Yuri al ver a su madre siendo castigada, porque Zina sabía que Daemon tenía la intención de castigar a esa mujer sin duda.