Compendio de Carroñeros

ZINA

—¿Es eso lo que realmente quieres preguntarme? Supongo que lo que quieres es preguntarme por la pequeña Hermana Roja a quien pareces apoyar —Zina entrecerró los ojos hacia él. Ambos sabían que había poco de pequeña en Fionna. Además, empezaba a notar que Marcus parecía diferente a su habitual yo estoico cuando se burlaba o hablaba de Fionna.

¿Cuál era su problema con ella? ¿Le molestaban generalmente las Hermanas Rojas? O simplemente las mujeres poderosas lo irritaban. Zina no se detuvo mucho en ello porque él tenía razón cuando decía que le preocupaba Fionna, aunque no iba a admitirlo abiertamente.

Suspiró con desaliento —No solo por Fionna, también me preocupa Yaren —dijo, tocándose el pecho con la mano.

Lo más inusual ocurrió. Marcus soltó una carcajada como si nunca hubiese escuchado algo tan ridículo como lo que Zina acababa de decir —A mí ni siquiera me preocupa él, mucho menos tú, la mujer a la que odia con una pasión reservada para los canallas.