El Rescate

Zina seguía tímidamente a Daemon mientras él la arrastraba a Dios sabe dónde. La sensación de culpa la envolvía, amenazando con hundirla en un pozo de desesperación.

Ella seguía entumecida mientras se abrían paso entre el mar de trabajadores que cada vez eran más numerosos en el Palacio de Hielo. Todos se inclinaban ante Daemon mientras intentaban al mismo tiempo darle un amplio espacio debido a la ira que emanaba de él como las olas del mismo mar violento.

Finalmente, aparecieron ante la antigua morada de Eldric y la residencia oficial del Rey Alfa.

Zina soltó un grito ahogado cuando los recuerdos del lugar se abalanzaron sobre ella. Pero Daemon no le dio oportunidad de recuperar el equilibrio antes de que ya la estuviera llevando a la habitación que contenía más pesadillas que recuerdos.

Pero Zina sabía que no tenía derecho a detenerse en su trauma, no cuando lo había hecho de nuevo...

...había mentido a Daemon.