Compendio de Tontos

FIONNA

Fionna se tambaleó hacia el bosque de montañas heladas en un estado de aturdimiento. Era como si estuviera bajo un hechizo y todavía no había procesado la inminente ausencia del Vidente que se había marchado abruptamente como si no estuvieran a punto de enfrentarse a un momento decisivo en sus vidas.

Fionna miró fijamente el mapa que tenía delante, incapaz de entender los numerosos símbolos y demás que estaban esparcidos en él. Era demasiado extravagante para llamarlo mapa en primer lugar, ya que todo lo que podía entender eran garabatos sin sentido que parecían estar ahí para torturarle la cabeza.

Solo mirarlo le provocaba dolor de cabeza. Y cuanto más lo miraba, más aumentaba la rabia que sentía hacia el Vidente.