ZINA
Zina se despertó la mañana siguiente de su boda sintiendo como si hubiera una carga pesada en su vientre. El medio de sus piernas le dolía, y estaba lo suficientemente alarmada como para ponerse en contacto con Killian, el Gran Sanador que servía en el Castillo.
A pesar de su pasado sórdido con la mujer, Zina confiaba lo suficiente en su experiencia y había esperado en su discreción ya que aún no había revelado su embarazo a Daemon.
Narnia, ahora la que la servía más de cerca, le informó que Daemon había salido temprano en la mañana para asistir a una reunión dirigida a encontrar a Serafín, quien aún se creía que estaba dentro de los límites del Norte.
Se habían llamado grupos de búsqueda y se habían colocado barricadas en cada salida del Norte, aunque todavía no había ningún tipo de progreso.