POV DE FIONNA
Fionna estaba convencida de que había escapado del maldito agujero ingrato que eran las Hermanas Rojas. Demonios, la evidencia de ello era el hecho de que estaba pisando un nuevo terreno con una posición estable.
Pero actualmente, ese suelo estaba caliente como el infierno, y sentía el ardor hasta en su alma… lo cual era gracioso porque antes de aquel momento, estaba realmente convencida de que no tenía alma.
Pero las últimas dos horas habían cambiado todo. Estaba en la ira no dicha, en la confusión desconcertante de lo que había sucedido, y en la falta de comprensión de cómo las cosas habían salido mal.
No había habido absolutamente ninguna advertencia. Claro, estaban las cartas, el secuestro de Serafín —una sirvienta cuyo nombre se había vuelto tan popular que cada persona que habitaba en el castillo ahora lo conocía—, pero habían reaccionado de acuerdo a esas señales y habían hecho todo lo posible para proteger lo que debían.