—Ciertamente tienes algo de valor —dijo débilmente Chu Hao, mientras escudriñaba la multitud y no podía evitar mostrar una sonrisa juguetona.
Huang Ting y Chen Bo vieron que el Señor de la Ciudad había llegado, y también habían aparecido las figuras importantes de las distintas familias nobles, lo que aumentó enormemente su valor. Pensaron que si podían obligar a Chu Hao a rendirse y rescatar a Li Hao, definitivamente ganarían la alta estima del Señor de la Ciudad. Y frente a Li Hao, su intimidad seguramente aumentaría mucho, superando a Mo Guyun y convirtiéndose en los verdaderos hombres de confianza de Li Hao.
—¡Libera ahora al Joven Maestro Hao! —Huang Ting sacó una daga y la colocó contra el cuello del Tío Yu.
Sabiendo muy bien que Gato Gordo y Fuego Volador estaban protegiendo al Tío Yu y que realmente no sufriría daños, Chu Hao aún dejaba que la intención de matar hirviera desde sus ojos. La familia era su talón de Aquiles, provocando fácilmente su afán de matar.